Buenos días, seres de polvo de estrellas.
Me presento como Isa, y seguramente al oír mi nombre no os
han saltado las alarmas por estar ante uno de los iconos del mundo del cosplay
ni de los eventos en general, tampoco os sonará haberlo visto en la lista de
presentación del blog como uno de los nombres o nicks de los integrantes del
grupal ¿Quién soy yo, pues?
Yo soy esa sombra que ronda cerca del grupo, soy la que nunca
sale en las fotos, soy la que mantiene localizados a los integrantes cuando se
separan porque ninguno lleva encima el móvil (por que los tengo yo todos) soy
la que siempre tiene el rabillo del ojo puesto en ese sospechoso hombre que no
sabes si está indeciso en pedir una foto o es que quiere sacarle una foto de extranjis a
tu cosplayer, soy la que sirve de bastón cuando un integrante del grupal tiene
los pies hechos mierda porque por algún motivo ajeno, su cosplay se calza unos
tacones que ríete tú de la torre Eiffel. Pertenezco a esa raza olvidada que
vive en simbiosis con los cosplayer. Yo, soy la mula de carga.
Si leyendo lo de arriba te has sentido identificado con algún
punto, eres de los míos, hermano. Si no tienes idea de lo que hablo, relájate y
ven conmigo a una (poco) épica aventura dentro del submundo, fauna y entorno de
los eventos cosplay.
También llamado chico/a de las mochilas, la mula de carga es
esa/e amiga/o a quien por circunstancias el cosplayer ha seleccionado para una
importante tarea. Detengámonos un momento a pensar. ¿Alguna vez cuando estabas
en un salón has ido a pedirle una foto a ese cosplay tan molón que te gustó
tanto y lo has visto cargando con su mochila o su bolsa con sus compras o sus
figuras? ¿No? ¿Sí? si es así, haz memoria, la mochila, la bolsa, las figuritas,
e incluso las gafas del coslpayer, no aparecen en la foto ¿Dónde se metieron?
Para un cosplayer, salir en una foto “sin estar metido en su personaje” es
deshonroso, y la mochila y las gafas no forman parte de plan, pero siguen siendo
humanos que necesitan comer, beber, pasar por el cuarto de baño, llevar gafas
para ver, etc. Es aquí cuando el chico/a de las mochilas presta sus servicios.
Uno pensaría que basta con tirar de la típica consigna que
hay siempre en estos eventos para dejar las cosas y despreocuparse, pero no.
Todo buen ayudante de cosplayer sabe que no solo es una persona disfrazada de
algún personaje, hay millones de variables… y millones de cosas que pueden
salir mal, por lo tanto el cosplayer siempre lleva como mínimo una mochila a la
que debe poder tener acceso en todo momento, pertrechada con lo necesario para
hacer un arreglo al cosplay en caso de apuro, puede que otro par de zapatos
(siempre teniendo en cuenta que pegue con el resto del traje) un ejército de imperdibles,
hilo y aguja (y rezar para no tener que usarlos) comida traída desde
casa/hotel, además de los útiles comunes, como el móvil, la cartera, pañuelos, una
cámara, sea de fotos o de video, maquillaje (este último no por coquetería, si
no para retocar el maquillaje del cosplay) un peine para la peluca en caso de
que lleve, ya que todo cosplayer sabe que las pelucas son seres demoníacos que
tratan de escapar de su prisión soltando pelo y moviéndose a voluntad, cosa que
las enreda mucho, y un largo etc.
Esta “mochila de supervivencia” es crucial para el cosplayer,
podría decirse que su vida casi depende de ella, ya que la vida del cosplayer
está ligada a su traje, y la mochila de supervivencia cuenta con lo necesario
para mantener el traje en estado óptimo. Sin embargo al mismo tiempo, raro es
el personaje de cosplay que lleva una mochila al hombro, y que atiende al móvil
con continuidad. Así que estamos ante una paradoja del universo: El cosplayer
necesita llevar la mochila, pero al mismo tiempo sería desastroso estropear su
traje llevando un complemento tan cantoso.
Por lo tanto, la función principal de la mula de carga es
transportar la mochila de supervivencia y mantenerla siempre cerca de su
cosplayer, mantener vigilado el móvil en lugar de su propietario original por
si le llaman diciendo que el concurso se ha adelantado o cosas así, y procurar
que no le roben, pero llegado el momento, es más que eso, las responsabilidades
de la mula de carga no han hecho más que empezar.
Existen distintos tipos de cosplay, casi tantos como
personajes en el mundo del anime y el manga, o mejor dicho, TANTOS como en este
mundo, e incluso más, ya que casi cualquier personaje es cosplayeable, desde
pokemon, hasta seres de libros, el cómo depende de tu imaginación y recursos,
pero de que es posible, de eso puedes estar seguro, y por lo tanto, existen
también muchos tipos de mula de carga, ya que estas deben aprender a adaptarse
a su cosplayer.
Está por ejemplo la
mula de carga “lazarillo” normalmente fácil de encontrar cerca de un
cosplayer cuyo traje le ha obligado a
tener una vista reducida, lo identificaras rápido porque cada vez que le piden una
foto al cosplayer, este chico/a de las mochilas debe señalarle hacia donde debe
posar con el traje para mirar a cámara (o también porque lo veras caminando
agarrado a él como si de su misma vida se tratase) En este caso, el lazarillo
tiene un trabajo tedioso, pero a la larga más sencillo, porque al depender
tanto de él su cosplayer no se alejará mucho, y por lo tanto será mucho más
fácil mantenerlo protegido de los peligros que entraña un evento.
Y es que los cosplayer son seres vulnerables y frágiles, si
su traje representa un personaje inocente, o con un traje complicado, le será
difícil defenderse, ya que cualquier cosa que “no le pegue al personaje” o que
haga correr algún riesgo al valioso traje, será totalmente inadmisible (y
recordad que la vida del cosplayer está ligada al personaje y al traje mientras
lleve este puesto). Lo que da lugar a otro tipo de mula de carga, el “matamoscas”
Porque un traje sexi (sea tu cosplayer tío o tía) suena genial en un principio,
pensaras “genial, podrá moverse por sí mismo sin tantos pliegues de tela y
costuras complejas, y si no lleva zapatos dañinos incluso podremos dar varias
vueltas por el sitio” y estarás equivocado, porque a la hora de la verdad
descubriréis que hay ciertos movimientos que no se pueden hacer sin dejar
“demasiado” al descubierto, y porque descubrirás también que a tu cosplayer lo
acosan sin parar cientos de personas queriendo hacerse fotos (incluso sin saber
siquiera que personaje representa) tan solo por lo currado o escaso de ropa que
es, y entre esta horda de repentinos fans y flashes que os obligaran a avanzar
bastante más lento de lo que desearías están “los moscardones” esos seres
carroñeros que forman parte de la fauna de los eventos cuya única función es
asistir pensando en pillar cacho. Los identificaras por que se acercan
demasiado al hacerse la foto, tocaran donde no deben para la pose, y se
quedarán hablando con tu cosplayer preguntándoles cosas que no son de su
incumbencia, como si juegan a cierto juego, si quieren agregarlo a alguna red
social o incluso si tiene novio/a. Tu cosplayer se verá abrumado por el
acosador mientras ve de reojo todas esas fotos que no se está haciendo por
hacer esperar a la gente o mientras ve los flashes de personas que no esperan a
que adopte una posición estudiada para hacer la foto, los llamados “ansiosos”.
Y dado que el triunfo de un cosplay se mide en un delicado baremo de “popularidad
del personaje” cuanto más, mejor “número de personas con el mismo personaje que
tú” cuanto menos, mejor y “número de fotos al final de la jornada” es tu misión como fiel mula de carga librar
cuanto antes a tu cosplayer de todos los moscardones que puedan surgir en su
camino.
El trabajo de chico/a de las mochilas es por lo tanto
imprescindible según de qué cosplay estemos hablando.
¿Cuáles son las cualidades de una buena mula de carga y
cuáles son las cosas que debo tener en cuenta si sé que próximamente seré
portador del sagrado estandarte de las mulas de carga? Después de una larga
experiencia, yo puedo darte algunos consejos (Joven padawan).
-Primero e imprescindible: Santa paciencia. Ser mula de carga
es paradójicamente una fantástica forma de cultivar una de las virtudes humanas
más escasas. Tendrás que soportar estoicamente el que detengan a tu cosplayer
continuamente para sacarle fotos, hacerle preguntas, o simplemente pedirle
abrazos y alabarle por su estupendo trabajo, y da igual que estuvieseis en
medio de una conversación, comiendo o incluso dirigiéndoos al baño con
urgencia. Un buen cosplayer jamás es descortés con un fan y es tu deber
procurar que así sea.
- Segundo y también crucial: Una espalda fuerte. La mochila
de supervivencia que tan necesaria es para tu cosplayer es tu sello de
confianza, si algo le ocurre tu serás el responsable y serás una deshonra para
el resto de tus hermanos, fíate poco de dejarla en cualquier sitio, el lugar
más seguro donde puede estar, es a tu espalda, y si como me ocurre a mí tus
cosplayers son muy activos, vas a pararte poco a descansar.
- Vejiga de hierro. Si tu cosplayer es activo, actúa en un
concurso, o simplemente ha cumplido con su cometido y lleva un cosplay fantástico, hazme caso que tendrás poco tiempo
para parar y darte un respiro, y menos aún para ir al baño solo/a. Tendrás que
esperar hasta que tu cosplayer también tenga ganas de ir e iniciar los dos el
camino hasta los lavabos, que será más complicado de lo que parece.
- Viene bien tener una presencia atemorizante o una mirada
asesina, esto te ayudará a espantar a “los moscardones” y también al elenco de
pesados que puedes encontrar en los eventos. Recuerda esa regla: los cosplayers
nunca son descorteses con un posible fan, así que por muy pesado que sea su
asaltante, jamás se lo dirá, ni le dará largas de forma directa, esa tarea te
corresponde a ti, puedes simplemente tirar de tu cosplayer y sacarlo de
esa situación (literalmente) o cortar de raíz la conversación y decir que tenéis
que ir a X sitio.
- Lleva espacio de sobra. Pertréchate con todos los huecos
posibles para guardar lo máximo posible, procura que Doraemon te mire con
envidia. Empezaras por tener que llevar tu móvil y el de tu cosplayer a mano,
si os ponéis a mirar tiendas acabaras por tener también a mano las carteras, para
no tener que estar sacándolas y metiéndolas a cada rato y si os encontráis con
otros cosplayers, hacéis piña y da la casualidad de que hay algún huérfano
(Cosplayer que no se ha facilitado su propio chico/a de las mochilas) empezaran
con el típico “¿me guardas el móvil también a mí? Por favor” y acabaras
adoptándolo, porque ese es tu deber y lo sabes. Cuantos más cosplayers estén a
tu cargo, más espacio debes llevar.
-Siempre alerta. Nunca sabes cuándo va a aparecer aquel otro
cosplayer del grupal que os dijo “allí nos vemos y tiramos para el escenario”
ni cuándo saldrá de la nada el sub-ser de “regalo abrazos” (creo que estos
seres son la forma terrenal que adopta la tristeza cuando se amalgama la
suficiente en un espacio con mucha gente) pero tu cosplayer tiene cosas más
importantes que hacer. No te conviertas en un ninja, conviértete en el tipo que
ve al ninja a medio kilómetro de distancia, se capaz de oler el peligro como si
de calcetines sudados se tratara. Además no sabes en que momento te darás la
vuelta un segundo y al volver a mirar tu
cosplayer habrá desaparecido, si pierdes de vista a tu cosplayer, estas en un
lio, recuerda que probablemente su móvil lo tienes tú, así que más te vale
tener buena vista.
- Conoce bien a tu cosplayer. Saber calcular cuánta agua
puede beber antes de sentir la llamada de la naturaleza, conocer sus gustos
románticos para saber cuándo se trata de un pesado/a o de un posible ligue,
tener cronometrado cuanto tiempo aguanta con según que zapatos antes de
necesitar sentarse. Todas estas cosas harán tu trabajo más fácil. En mi caso
suelo estar principalmente a cargo de dos cosplayers, no diré sus nombres por
privacidad, pero probablemente ellas se reconozcan. La primera es una gran
cosplayer, que posee muchas de las virtudes que todo buen cosplayer debe tener…
salvo por que tiene la vejiga floja y porque teme comer antes de una actuación
no vaya a ser que eche las papas en pleno escenario (y peor aún, manche su
traje) en ese caso particular, como ella controla con puño de hierro la
cantidad de agua que bebe para no tener que estar continuamente yendo al baño,
mi trabajo suele consistir en recordarle que aún tiene las necesidades
fisiológicas propias de un ser humano corriente (por mucho que ella diga que
no). En el caso de mi otra cosplayer, igualmente tiene talento para el cosplay,
pero tolera poco los tacones, por lo tanto, cargar con otro par de zapatos más
cómodos o tener localizada una zona de descanso libre son esenciales (y si eso no
funciona, también puedo cogerla en brazos, eso también vale). Descubre que
cosplayer tienes a tu cargo y adáptate a él.
-Discreción y pulso firme. No olvides que el que lleva el
traje currado es él, colócate siempre fuera de la foto, y se consciente de que
si tu cosplayer quiere sacarse una foto, te va a tocar a ti hacerla, aprende a
manejar su cámara de fotos… Solo por si acaso.
- Mantén a tu cosplayer con vida. A priori, admito que
esto, tengas solo a uno o a varios cosplayers a tu cargo, parece obvio, pero es
probablemente la más difícil de las tareas naturales que se te han confiado.
Ninguna mula de carga o chico de las mochilas está completo si no se le pudiese
convalidar medio título de psicología. En ocasiones he llegado a ver ataques de ansiedad, miedo escénico, taquicardias,
hiperventilación, leves (o no tan leves) mareos, y a veces incluso todo
simultáneamente en la misma persona. Muchas cosas pueden ser un duro golpe para
tu cosplayer, desde un mal roto o descosido en ese traje que le chupó la vida
durante meses, hasta una actuación que no ha salido como se esperaba. Prepárate
para ser un paño de lágrimas, y procura mantener una actitud positiva, o
incluso saber dar una clave de humor a todo, en tiempos de oscuridad, puedes
ser el faro que más de uno necesita. Pero no solo a psicología se limitará tu
trabajo. Los requisitos de fotos, videos, concursos y un largo etc mantendrán a
tus cosplayers ocupados, a veces incluso hasta el punto de que les tengas que
recordar que deben comer (me ha pasado) hasta el punto de tener que correr a
una fuente a por agua porque temes que, de la calor que hace, la peluca de tu
cosplayer empiece a derretirle el cerebro si no bebe algo (recuerda que las
pelucas las carga el diablo) y a sabiendas de que el/la no puede ir por sí
mismo porque por fin le han dado el turno para esa sesión de fotos que ansiaba
desde antes de llegar al evento. Llegar al punto en el que tengas que tirar de
tu cosplayer para sacarlo de esa conversación interminable con ese bloguero que
quiere escribir un artículo por que hace menos de cinco minutos te ha dicho “me
estoy meando a un nivel que ni te imaginas”. Buscar asiento desesperadamente a
sabiendas de que el suelo no es buen lugar para el traje de tu cosplayer, pero que
al mismo tiempo esos zapatos acabaran pronto con sus pies si no descansa, y
sabes que no descansará, por que aceptará toda foto que le pidan, pero que tú
lo intentaras igual.
Como conclusión, solo te diré lo siguiente: Espero haberte
hecho reír en algún punto de esta parrafada, ese era mi objetivo y si acabas siendo el chico/a de las mochilas de tu amigo sin beberlo ni comerlo porque él
va cosplayeado, acéptalo como un honor, porque aunque este articulo está
escrito en clave de humor y todo cuanto digo es probablemente una exageración
de la realidad, lo que si es cierto como la vida misma es que la confianza que,
como chica de las maletas, mis amigos han llegado a depositar en mí ha sido una
muestra extraña pero amplia de lo mucho que me aprecian como amiga, y los
regalos en agradecimiento que he llegado a recibir tan solo por ir detrás de
ellos siguiéndolos con la mochila atestiguan para mí el sagrado tesoro que es
una buena amistad.
Diviértete haciendo lo que haces solo por amor a tus amigos,
y si la experiencia te resulta demasiado traumática, siempre puedes
reprochárselo a tu cosplayer para que después te invite a pizza u algo.
Un
saludo, Isa.
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